lunes, 6 de octubre de 2014

Vidrio Templado



El vidrio templado es uno de los llamados cristales seguros. Se utiliza en todos aquellos montajes en los que el cristal supone un peligro potencial al romperse. El vidrio templado es mucho más fuerte y duro que el vidrio normal, en torno a cuatro o cinco veces más duro, y no se rompe en formas puntiagudas cuándo se quiebra. En la fabricación del vidrio templado se somete a un calentamiento muy alto y un enfriamiento rápido posterior.
El vidrio templado, a pesar de ser más duro que el vidrio normal, es muy frágil. Es decir, es muy duro pero tiene muy poca elasticidad. Esto hace que cuándo se fractura se rompe en pequeños trozos de forma relativamente redondeada. Se elimina así el peligro de las formas afiladas y puntiagudas que son potencialmente más peligrosas. Debido a esta forma de romperse y a su alta dureza el vidrio templado se considera como un vidrio seguro.
El proceso de alto calentamiento y rápido enfriamiento al que se somete al vidrio templado durante su fabricación le confiere también una alta resistencia a la temperatura. Esta característica le hace un vidrio muy apropiado para su uso en sitios dónde haya altas temperaturas, por ejemplo, en las puertas de los hornos. En casa puedes encontrar vidirio templado en multitud de lugares, por ejemplo en los cristales de puertas, pantallas del ordenador, mámparas de baño, ….
La industria del automóvil no utiliza vidrio templado en las lunas delanteras pero si suele emplearse vidrio templado en las lunas traseras y laterales. En la luna delantera de los coches se utiliza vidrio laminado. El vidrio laminado lleva una lámina de plástico entre dos capas de vidrio (templado u de otro tipo). Cuándo el vidrio se rompe, los trozos se adhieren a la lámina de plástico y no salen proyectados siendo más seguro para los pasajeros.
La forma de romperse del vidrio templado es única. Si una parte del vidrio se rompe toda la pieza se fractura a la vez, como si la ruptura se propagase. Todo se hace trozos pequeños ovaliformes. No queda ninguna parte grande y cortante. Esta es una diferencia notable con el vidrio normal, el cuál puede fracturarse de forma localizada dejando todo un borde cortante potencialmente peligroso.
A pesar de ser una opción excelente de vidrio seguro, el acrílico lo ha desplazado en muchas de aplicaciones, principalmente en aquellas en las que la alta temperatura no es un factor importante. Con el acrílico se pueden fabricar paneles transparentes hasta 20 veces más resistentes al impacto que el vidrio. Pero no se rompe de la misma forma. El acrílico se puede deformar si recibe un impacto fuerte pero no lo suficiente como para romperlo y también se puede agrietar sin resquebrajarse. El acrílico también cuenta con la ventaja de que pesa mucho menos que el vidrio. La desventaja es que es inflamable y no resiste nada bien las altas temperaturas.

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